La realidad actual nos invita a imaginar formas alternativas de vida y convivencia, pues son varias las pandemias que amenazan el bienestar de la humanidad y, también, el de nuestra Hermana Madre Tierra. Ante este panorama adverso, los jesuitas queremos dar esperanza apoyando la Economía Social y Solidaria, al promover en distintas obras sociales la participación de toda la comunidad en las cadenas de producción y comercialización, sin que nadie quede fuera.
Desde la Compañía de Jesús, reconociendo la sabiduría de los pueblos indígenas, que nos muestran que la tierra somos nosotros y nosotros somos de la tierra, hemos apoyado proyectos como Xapontic (Nuestro Jabón), una cooperativa productora de jabones que se ubica en Sitalá, Chiapas y funciona a partir del trabajo colectivo con mujeres tzeltales, ellas producen y venden jabones artesanales para contribuir al desarrollo de su familia y su comunidad.
Manuela Rodríguez Hernández, coordinadora de este proyecto, nos cuenta que a partir de la pandemia las mujeres que trabajan en la cooperativa se han tenido que adaptar a las circunstancias, escuchemos su testimonio.
¿Cómo podemos apoyar proyectos como este?
Organizándonos con familia y amigos para apoyar a quien más lo necesita y fortalecer a su comunidad mediante la ayuda mutua.
Donando a causas que apoyen estos procesos
Es tiempo de organizarnos y de aprender de las experiencias de quienes han logrado adaptar nuevas formas de convivencia desde los territorios en los que habitan, es tiempo de pensar en experiencias como la de Yomol A’tel (Juntos trabajamos, caminamos y soñamos) que impulsan procesos económicos productivos en la región norte de Chiapas, en las comunidades indígenas tzeltales; a través de la producción de miel, café, jabones artesanales, y de microfinanzas. Es tiempo de hacernos partícipes en la transformación de un mundo más justo y solidario, sólo sumando esfuerzos podemos lograr que proyectos como Yomol A’tel sean posibles. Es por eso que te invitamos a sumarte con una donación al financiamiento colectivo “Seamos uno con la Tierra”. Cuando una comunidad adopta el modelo de economía social y solidaria, los beneficios que obtiene son para el bienestar de todos y todas. No hay quien se beneficie por el trabajo ajeno, pues el fruto del trabajo es para quien siembra, cosecha, transforma, transporta, comercializa y vende.
La importancia de adoptar modelos económicos más justos no solo es tarea de las comunidades locales, sino de relevancia general, pues, atiende necesidades no satisfechas como la falta de empleos, ingresos y procesos de reinversión en las comunidades locales. Nuestro mundo nos invita a reflexionar las preguntas que nos plantea la crisis sanitaria ocasionada por la Pandemia de COVID-19. Es momento de crear lazos de convivencia ética, en donde nuestra relación con los otros y con la naturaleza se base en principios de solidaridad y justicia social. Las redes de economía social y solidaria han trabajado durante años en el desarrollo de nuevos modelos de comercio, intercambio, cooperatividad y trabajo digno que hacen frente a los principios individualistas del capitalismo actual que genera desigualdad. Te invitamos a realizar un donativo a la campaña de financiamiento colectivo que lanzamos desde Fundación Loyola junto con Jesuitas México, los recursos recaudados serán entregados, entre otros, a proyectos que trabajen con principios de economía social y solidaria.
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